
Casi como un grito, casi como un baile,
subía, subía, sin nada importarle.
Consigo llevaba el hilo finito
que al mundo lo ataba...
Casi como un grito...casi como un baile...
subía, subía, osado y radiante,
dichoso y triunfante!
No quiso terminar sus días
pinchado y sin aire.…
Olvidado como un trapo sucio,
por los pies de la gente arrastrado.
Quiso ser distinto, quiso superarse
Y subía, subía...sin nada importarle...
…………….
De pronto el sollozo
de un niño pequeño
distrajo mi mente.
El niño lloraba y con su dedo
chiquito y rosado señalaba tenso
el globo travieso que se había escapado.
(era ya un puntito en el firmamento.....)
Lo miré sonriente al niño rosado
y le dije tenue, casi en el oído:
"escucha pequeño, cesa tu sollozo
y piensa un instante
en la hermosa muerte
que tendrá tu globo"...
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